Fin de soporte de Windows Server 2019: implicaciones y próximos pasos para IT
La llegada del fin de la vida útil (End of Life, EOL) de Windows Server 2019 es un asunto crítico para los profesionales de TI. Windows Server 2019 ha sido durante años una plataforma fiable para infraestructura empresarial, pero como todo software, tiene un ciclo de soporte limitado. En este artículo técnico analizamos el fin de soporte de Windows Server 2019, qué significa para las empresas, los riesgos de no actualizar, opciones de migración y actualización disponibles, una comparación con Windows Server 2022, y recomendaciones finales para afrontar la transición.
Explicación del fin de soporte de Windows Server 2019
Microsoft define ciclos de vida de soporte para sus productos de servidor bajo la Política de Ciclo de Vida Fijo. En el caso de Windows Server 2019, este ciclo consta de 5 años de soporte estándar (mainstream) seguidos por 5 años de soporte extendido. Windows Server 2019 se lanzó el 13 de noviembre de 2018, por lo que su soporte estándar concluyó el 9 de enero de 2024 y ahora se encuentra en la fase de soporte extendido hasta el 9 de enero de 2029. Es importante entender la diferencia entre estas dos fases de soporte:
Soporte estándar (Mainstream)
Durante los primeros 5 años desde el lanzamiento, Windows Server 2019 recibió soporte completo. Esto incluye nuevas características, mejoras de rendimiento, correcciones de errores y parches de seguridad regulares. En otras palabras, durante esta fase Microsoft publica tanto actualizaciones de seguridad como actualizaciones de calidad y funcionalidad para el sistema operativo.
Soporte extendido
Tras finalizar el soporte estándar en 2024, Windows Server 2019 entró en soporte extendido hasta 2029. En esta fase Microsoft continúa proporcionando actualizaciones de seguridad críticas sin costo, y ofrece soporte técnico de pago, pero ya no lanza nuevas funciones ni correcciones de bugs que no sean de seguridad. El enfoque se limita a mantener la seguridad y estabilidad del producto existente, en lugar de añadir mejoras. Esto significa que entre 2024 y 2029 solo se publicarán parches de seguridad (por ejemplo, para vulnerabilidades críticas), pero no esperes nuevas capacidades ni optimizaciones de rendimiento en Windows Server 2019.
Llegada la fecha de fin del soporte extendido en enero de 2029, Windows Server 2019 alcanzará su fin de vida útil total. A partir de entonces, Microsoft dejará de proporcionar cualquier tipo de actualización o corrección, incluidas las de seguridad. Esto es un punto de inflexión importante: ejecutar un sistema operativo servidor que ha llegado a su EOL significa que ya no habrá parches oficiales, por lo que cualquier nueva amenaza o fallo descubierto quedará sin resolver de forma oficial. Las implicaciones para las empresas son significativas, ya que mantener cargas de trabajo críticas en un sistema sin soporte puede exponer a riesgos de seguridad graves y problemas de cumplimiento normativo. En resumen, el fin de soporte de Windows Server 2019 obliga a las organizaciones a planificar su transición a versiones más recientes (como Windows Server 2022) o considerar opciones especiales como las Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU) que Microsoft podría ofrecer después de 2029 para clientes que necesiten parches de seguridad críticos por un tiempo limitado adicional. No obstante, la mejor práctica es no depender de extensiones temporales, sino actualizar la plataforma antes de llegar a esa situación.


Riesgos de no actualizar Windows Server 2019
Operar con Windows Server 2019 sin soporte vigente (es decir, una vez alcanzado su EOL) conlleva una serie de riesgos importantes en términos de seguridad, cumplimiento normativo y rendimiento operativo. A continuación, detallamos los principales riesgos de no actualizar o permanecer en Windows Server 2019 una vez que ha finalizado su soporte:
Vulnerabilidades de seguridad exponenciales
Sin parches de seguridad ni actualizaciones, el sistema queda expuesto a nuevas amenazas. Los atacantes pueden explotar vulnerabilidades conocidas en Windows Server 2019 que ya no serán corregidas, aumentando drásticamente el riesgo de intrusiones, malware y brechas de datos. Un servidor sin soporte tiene “blancos fáciles” que los ciberdelincuentes pueden aprovechar; las empresas serían más susceptibles a ransomware u otros ataques debido a fallos no resueltos. En esencia, cada mes que pase tras el EOL amplía la superficie de ataque porque aparecen nuevas vulnerabilidades en el software que nunca serán parchadas.
Incumplimiento de normativas (compliance)
Muchas regulaciones de la industria y estándares de seguridad (por ejemplo, ISO 27001, GDPR, PCI-DSS, etc.) exigen que los sistemas operativos estén actualizados y soportados por el fabricante. Ejecutar software fuera de soporte puede considerarse una violación de controles de seguridad y llevar a sanciones o pérdida de certificaciones. En particular, usar Windows Server 2019 sin actualizaciones de seguridad podría no cumplir con las normativas y estándares que requieren sistemas protegidos y al día. Las auditorías de TI suelen marcar como hallazgo crítico la presencia de servidores en fin de vida, obligando a planes de mitigación inmediatos.
Falta de soporte técnico y parches de emergencia:
Tras el EOL, Microsoft ya no provee asistencia técnica ni resuelve incidencias sobre Windows Server 2019. Si ocurre un fallo de sistema, un problema de activación de licencia o incompatibilidad con algún hardware nuevo, no habrá ayuda oficial disponible. Esto deja a tu equipo de TI solo ante cualquier problema complejo, sin la posibilidad de escalarlo al fabricante. Además, otros proveedores de software podrían dejar de soportar sus aplicaciones en Windows Server 2019, negándose a dar soporte sobre una plataforma obsoleta.
Rendimiento degradado y obsolescencia tecnológica
Con el paso del tiempo, un sistema operativo sin actualizaciones comienza a mostrar signos de envejecimiento. Windows Server 2019 sin soporte no aprovechará las optimizaciones de rendimiento ni las mejoras de eficiencia disponibles en versiones más recientes. Además, no incorpora las últimas tecnologías de hardware, nube o contenedores, lo cual puede traducirse en un rendimiento subóptimo en nuevas arquitecturas. A medida que el software envejece, es más probable observar degradación en los procesos empresariales críticos. Por ejemplo, Windows Server 2022 introdujo soporte para nuevas CPUs, más memoria y mejoras de E/S; al quedarte en 2019 podrías estar infrautilizando servidores modernos. También la falta de soporte dificulta la integración con nuevas soluciones: software de backup, herramientas de monitorización y otros sistemas podrían no ser plenamente compatibles con un SO obsoleto, creando cuellos de botella en la infraestructura.
Riesgo operacional y costos ocultos
Mantener un sistema legado puede parecer ahorrativo en el corto plazo, pero los incidentes de seguridad o tiempos de inactividad no planificados pueden generar costos mucho mayores que una actualización a tiempo. Un ataque exitoso o una caída prolongada de un servidor crítico puede resultar en pérdida de datos, impacto reputacional y gastos de recuperación de emergencia. Además, si más adelante decides actualizar contrarreloj (por ejemplo, tras un incidente grave o requerimiento legal), podría ser más costoso y complejo hacerlo bajo presión.
En resumen, no actualizar Windows Server 2019 a una versión soportada es una apuesta arriesgada. La seguridad disminuye con cada parche perdido, las auditorías de cumplimiento pueden fallar, el soporte desaparece y el rendimiento puede estancarse. Para cualquier profesional de TI, estos riesgos claramente superan cualquier beneficio de quedarse en un sistema antiguo. La recomendación unánime es planificar la migración antes de quedar expuesto a estos escenarios.
¿Qué pasa si no actualizo Windows Server 2019?
En el mejor de los casos, tu entorno funcionará igual por un tiempo, pero cada día aumentará la deuda técnica y el riesgo. En el peor de los casos, podrías sufrir un ataque devastador o enfrentarte a problemas severos de incompatibilidad y cumplimiento. La inacción no es una opción segura cuando se trata de software de servidor sin soporte.
Opciones de migración y actualización
Llegados a este punto, queda claro que actualizar es imperativo. Afortunadamente, las empresas cuentan con varias opciones de migración y actualización para transicionar desde Windows Server 2019 a una plataforma más moderna. A continuación, describimos las alternativas principales:
Actualización in-place a Windows Server 2022
La vía más directa es realizar una actualización in situ (in-place upgrade) de Windows Server 2019 hacia Windows Server 2022. Microsoft ha hecho compatible la actualización directa desde 2019 a 2022, ya que solo hay una generación de por medio. De hecho, está soportado hacer upgrade de hasta dos versiones de salto, por lo que Windows Server 2019 puede actualizarse directamente a 2022 sin pasos intermedios. En una actualización in-place, se ejecuta el instalador de Windows Server 2022 sobre el sistema existente, conservando configuraciones, roles de servidor y datos. Microsoft confirma que la actualización en lugar desde 2019 a 2022 está soportada. Sin embargo, incluso si es técnicamente posible, los expertos recomiendan encarecidamente preparar un plan de respaldo antes de actualizar. Es buena práctica verificar requisitos previos: por ejemplo, asegurar que el servidor cumple las exigencias de Windows Server 2022, actualizar controladores (drivers) a sus últimas versiones, desinstalar software de seguridad o utilidades que pudieran interferir, y realizar copias de seguridad completas de sistemas y datos. Muchos administradores aconsejan considerar una instalación limpia si es viable, ya que arrastrar un sistema operativo tras años de uso podría perpetuar configuraciones obsoletas o problemas latentes. En todo caso, la actualización in-place es una opción válida cuando se busca minimizar el tiempo de migración y mantener el mismo hardware. Tras actualizar, se deberá revalidar que todos los roles (Active Directory, DNS, IIS, etc.) funcionan correctamente en Windows Server 2022.
Instalación limpia y migración de roles
Otra estrategia es desplegar nuevos servidores con Windows Server 2022(o la última versión disponible) e migrar gradualmente los servicios y datos desde los servidores Windows Server 2019 antiguos. Esto implica configurar nuevos servidores (físicos o máquinas virtuales) con una instalación fresca de Windows Server 2022 y luego mover las cargas de trabajo. Por ejemplo, si tienes un controlador de dominio en 2019, puedes instalar un nuevo controlador adicional en 2022 y promoverlo, para luego despromover el antiguo. Si es un servidor de archivos, podrías levantar un servidor 2022 y replicar o transferir los datos. La migración manual requiere más planificación, pero tiene ventajas: se comienza desde cero, evitando heredar posibles problemas del pasado, y permite aprovechar hardware nuevo. Además, puedes probar el nuevo entorno en paralelo antes de hacer el corte definitivo, reduciendo riesgos de caída. Microsoft ofrece utilidades y guías de Windows Server Migration para roles como DNS, DHCP, etc., que facilitan exportar/importar configuraciones. Esta ruta suele ser preferible cuando se tiene infraestructura suficientemente grande o se planea renovar servidores físicos junto con la actualización del SO.
Migración a la nube o a contenedores
Algunas organizaciones aprovechan el fin de soporte como oportunidad para migrar cargas de trabajo a la nube. Si mantener servidores on-premises ya no es una necesidad, puedes considerar mover aplicaciones a máquinas virtuales en Azure o AWS, o utilizar servicios PaaS equivalentes. Microsoft Azure, por ejemplo, ofrece Azure Virtual Machines donde puedes ejecutar Windows Server 2022 con escalabilidad y actualizaciones gestionadas. Incluso existe Windows Server 2022 Azure Edition, con funciones especiales para entornos Azure. Otra vía es refactorizar aplicaciones legadas en contenedores Docker o Kubernetes que se desplieguen en la nueva plataforma soportada. Evidentemente, migrar a la nube conlleva su propio análisis (costes, cumplimiento, latencia), pero elimina el problema de actualizaciones de hardware y permite aprovechar la infraestructura gestionada. Como paso intermedio, Microsoft proporciona Azure Arc para administrar servidores locales desde Azure e incluso habilitar ciertas actualizaciones de seguridad extendidas si decides quedarte temporalmente en 2019. Este enfoque híbrido puede facilitar la transición gradual.
Programa de Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU)
Aunque no es una solución a largo plazo, vale la pena mencionar que Microsoft suele ofrecer a clientes con contratos de soporte la opción de adquirir Extended Security Updates una vez finalizado el soporte extendido. Por ejemplo, con Windows Server 2008/2012 se brindaron hasta 3 años adicionales de parches de seguridad (con costo elevado) para quienes no podían migrar inmediatamente. Es previsible que algo similar exista para Windows Server 2019 después de 2029. Sin embargo, esta opción debe verse como el último recurso – es costosa y solo retrasa lo inevitable. Donde sea posible, conviene actualizar a la versión más reciente de Windows Server durante el período de soporte extendido normal, y no depender de ESU. Solo se justifica en casos excepcionales (aplicaciones legacy críticas que no pueden migrarse a tiempo).
En resumen, las opciones de migración van desde actualizaciones in-place relativamente sencillas hasta rediseños más estratégicos de tu infraestructura. La elección depende de factores como el tamaño de tu entorno, requisitos de disponibilidad, presupuesto para hardware nuevo o servicios cloud, y el tiempo disponible para ejecutar la transición. Lo fundamental es tener un plan: identifica qué servidores siguen en Windows Server 2019, decide la estrategia (upgrade vs. reemplazo), prueba los procedimientos y ejecuta la migración con un margen adecuado antes de 2029 (o antes de la fecha límite interna que tu organización defina, posiblemente mucho antes de ese año).


Comparación de Windows Server 2019 vs 2022
Una de las preguntas clave al planificar la actualización es entender ¿qué beneficios concretos obtendré al pasar de Windows Server 2019 a Windows Server 2022?. A continuación, comparamos ambos sistemas en aspectos de seguridad, rendimiento y características nuevas, demostrando por qué Windows Server 2022 supone una mejora significativa:
Seguridad mejorada en Windows Server 2022
La seguridad es quizás el salto más notable entre las dos versiones. Windows Server 2019 fue diseñado con protecciones modernas, pero Windows Server 2022 lleva la seguridad un paso más allá al introducir el concepto de “Secured-core server” o servidor de núcleo seguro. Esta iniciativa, heredada de Windows 10 y los equipos cliente, aprovecha capacidades de hardware, firmware y virtualización para blindar el servidor contra amenazas avanzadas. En Windows Server 2022, funciones como Credential Guard (que protege credenciales en memoria) y HVCI (Hypervisor-Protected Code Integrity) están disponibles para aislar procesos críticos del sistema operativo mediante virtualización segura. Además, Windows Server 2022 habilita por defecto estándares de cifrado más fuertes en las comunicaciones:
- TLS 1.3: El protocolo TLS 1.3 viene habilitado de forma predeterminada en Windows Server 2022, mejorando la seguridad de las comunicaciones HTTPS frente a Windows Server 2019, que por defecto usaba TLS 1.2. TLS 1.3 elimina algoritmos criptográficos obsoletos y realiza el handshake de forma más segura y rápida. Esto garantiza que las aplicaciones web y servicios expuestos del servidor usen el nivel más alto de cifrado disponible.
- Cifrado SMB reforzado: Windows Server 2022 actualiza el protocolo de archivos compartidos SMB introduciendo cifrado AES-256 para las conexiones SMB. En Windows Server 2019, SMB soportaba cifrado AES-128; la nueva versión agrega AES-256 (estándar de cifrado de nivel militar) y, de hecho, SMB está cifrado por defecto en 2022. Esto significa que el tráfico de archivos dentro de la red empresarial viaja mejor protegido en la nueva versión. Microsoft también optimizó el rendimiento de SMB cifrado en 2022, reduciendo la sobrecarga de CPU para que el cifrado no penalice tanto la velocidad.
- Protección de firmware y arranque seguro: Windows Server 2022, especialmente en su edición Datacenter: Azure Edition, introduce mecanismos para proteger el firmware del servidor y la cadena de arranque UEFI a través de tecnologías como Dynamic Root of Trust for Measurement (DRTM) y DMA guard. Esto mitiga ataques de nivel firmware que eran difíciles de abordar en versiones anteriores. En 2019 estas funciones no estaban integradas, mientras que 2022 ofrece un enfoque de seguridad de hardware más robusto (aprovechando chips TPM 2.0, arranque seguro y VBS).
En resumen de seguridad: Windows Server 2022 incorpora una estrategia de seguridad en múltiples capas que supera a la de 2019, incluyendo un hardware trust más sólido, cifrado de red actualizado (TLS 1.3, SMB AES-256) y funcionalidades de aislamiento para minimizar la superficie de ataque. Para las empresas preocupadas por ciberseguridad, estos avances justifican por sí solos la actualización.
Rendimiento, escalabilidad y mejoras de plataforma
Windows Server 2022 también trae mejoras palpables en rendimiento y capacidad que benefician especialmente a entornos empresariales de gran escala o con cargas críticas:
Mayor soporte de hardware (memoria y procesadores)
Windows Server 2022 está preparado para hardware de nueva generación. Soporta hasta 48 TB de RAM y 2.048 núcleos lógicos en 64 sockets físicos en su edición Datacenter. Esto duplica los límites de Windows Server 2019 (que admitía hasta 24 TB de RAM y aproximadamente 1.024 núcleos). En la práctica, esta ampliación permite que Windows Server 2022 maneje aplicaciones de misión crítica y bases de datos de gran tamaño (SAP, SQL Server) con holgura, consolidando más máquinas virtuales por host o procesos más pesados en un solo sistema operativo. Incluso si tu organización no alcanza esos límites hoy, es un indicador de la optimización del kernel para aprovechar hardware moderno (por ejemplo, CPUs Ice Lake de Intel o EPYC de AMD más recientes).
Rendimiento de almacenamiento y red mejorado
Windows Server 2022 introduce optimizaciones en el subsistema de almacenamiento y en el stack de red. Un ejemplo es SMB Direct con RDMA cifrado, que ahora permite usar RDMA (acceso remoto a memoria directa) incluso cuando SMB está cifrado, manteniendo las velocidades de red ultrarrápidas con baja latencia para tráfico de almacenamiento. En versiones anteriores, activar cifrado SMB deshabilitaba RDMA, penalizando el rendimiento; en 2022, se cifran los datos antes de enviarlos a la red RDMA, logrando seguridad y velocidad. También se añadió compresión en SMB para transmisiones de archivos grandes, reduciendo tiempos de copia en escenarios de replicación o traslado de datos sin saturar tanto la red. En cuanto al almacenamiento local, Windows Server 2022 mejora Storage Spaces Direct y la replicación de almacenamiento, ofreciendo mayor resiliencia y rendimiento en clústeres hiperconvergentes. Estas mejoras no están presentes en Windows Server 2019, por lo que actualizar puede traducirse en aceleración de cargas de trabajo de E/S intensivas.
Plataforma de aplicaciones y contenedores
Para entornos con microservicios o aplicaciones en contenedor, Windows Server 2022 amplía el soporte y rendimiento respecto a 2019. Se redujo el tamaño de la imagen base de contenedor de Windows, lo cual acelera la distribución e inicio de contenedores Windows. Además, hay compatibilidad mejorada con Kubernetes en Windows: Windows Server 2022 soporta containers de proceso aislado y añade compatibilidad con IPv6 para redes de contenedores, facilitando la integración en clusters Kubernetes modernos. Windows Server 2019 fue el primer paso para contenedores Windows en producción, pero 2022 pule la experiencia, mejorando la compatibilidad de aplicaciones y el rendimiento de la virtualización de contenedores. Por otro lado, .NET y otras plataformas tienen mejor soporte nativo en 2022, lo cual beneficia la ejecución de aplicaciones web y servicios.
Capacidades de nube híbrida
Microsoft diseñó Windows Server 2022 pensando en la integración con Azure. Por ejemplo, Azure Arc permite registrar y administrar servidores 2022 locales desde el portal Azure, aplicando políticas en conjunto con recursos en la nube. También la funcionalidad de Hotpatch está disponible (en Azure Edition), permitiendo aplicar ciertos parches en máquinas virtuales sin reinicio, lo que reduce downtime. Windows Server 2019 introdujo algunas integraciones híbridas (como Azure Backup, Azure Site Recovery), pero Windows Server 2022 extiende esta relación para quienes operan en entornos mixtos. Incluso el protocolo SMB over QUICes soportado en 2022 (en Azure Edition), habilitando accesos de archivos desde Internet de forma cifrada y sin necesidad de VPN, algo innovador para habilitar escenarios de teletrabajo seguro con servidores de archivos corporativos.
Windows Admin Center y administración
Si bien Windows Admin Center (WAC) es un producto aparte, Windows Server 2022 trae mejoras para ser administrado a través de WAC de forma más completa, incluyendo la visibilidad de las nuevas características de seguridad. Esto facilita a los administradores la gestión vía web de múltiples servidores, sacando partido a las nuevas opciones de 2022. En Windows Server 2019 también se puede usar WAC, pero algunas funciones (como gestionar el estado de “servidor de núcleo seguro”) solo están plenamente soportadas en 2022.
En resumen, Windows Server 2022 ofrece mejor seguridad por diseño, mayor rendimiento y escalabilidad, y funciones modernas que no se encuentran en Windows Server 2019. Para un profesional de IT, las mejoras de 2022 significan menos preocupaciones por vulnerabilidades, la capacidad de manejar cargas crecientes sin cambiar de plataforma, y prepararse para el futuro (nube híbrida, contenedores, etc.). Además, al actualizar a Windows Server 2022 también extiendes el horizonte de soporte: tendrás soporte estándar hasta octubre de 2026 y soporte extendido hasta octubre de 2031, asegurando un entorno estable y seguro por muchos años más que si te quedas en 2019.
Recomendaciones finales y llamada a la acción
A medida que nos acercamos al fin de la vida útil de Windows Server 2019, es crucial que los departamentos de TI actúen proactivamente. Aquí ofrecemos algunas recomendaciones finales para una migración efectiva y una planificación exitosa de la actualización:
Planifica con anticipación
No esperes hasta 2028 para decidir qué hacer. Lo ideal es incorporar la actualización de Windows Server 2019 a Windows Server 2022 (u otra solución) en tu hoja de ruta de TI lo antes posible. El tiempo de aquí a 2029 puede parecer largo, pero las migraciones empresariales toman tiempo — desde la aprobación presupuestaria hasta las pruebas piloto. Establece internamente una fecha límite anterior al EOL para haber completado la transición (por ejemplo, actualizar todos los servidores antes de 2027), de modo que haya margen para imprevistos.
Evalúa tu inventario y dependencias
Haz una lista de todos los servidores Windows Server 2019 en tu entorno, los roles que cumplen (AD, archivos, SQL, etc.) y las aplicaciones que alojan. Identifica también las dependencias de hardware y software. Por ejemplo, ¿tu software de gestión empresarial es compatible con Windows Server 2022? ¿Hay hardware antiguo que necesite reemplazo para soportar la nueva versión (comprobar requisitos mínimos de CPU de 64 bits con soporte de instrucciones específicas, TPM 2.0 si vas a usar secure boot, etc.)? Esta evaluación inicial te permitirá decidir el enfoque de migración apropiado para cada servidor.
Prueba en un entorno controlado
Antes de actualizar servidores de producción, realiza pruebas. Puedes montar un laboratorio o entorno de staging que emule tus servidores Windows Server 2019, y ensayar allí la actualización a 2022. Verifica que las aplicaciones siguen funcionando, que no hay problemas con controladores o scripts de inicio, etc. También considera aprovechar Windows Server 2022 Evaluation (disponible en el Centro de Evaluación de Microsoft) para experimentar sin necesidad de licencias adicionales durante 180 días.
Elabora un plan de respaldo y rollback
Nunca es buena idea actualizar un servidor sin tener un backup completo. Asegúrate de contar con copias de seguridad recientes de sistemas (imágenes) y datos antes de cualquier procedimiento de migración. Si algo sale mal en la actualización, debes poder restaurar el servidor al estado previo rápidamente. En escenarios críticos, planifica también cómo volver atrás si la versión nueva presenta un problema grave inesperado (por ejemplo, manteniendo el servidor antiguo apagado pero intacto hasta confirmar que el nuevo opera bien).
Forma al equipo y comunica a la empresa
Una migración de servidores es un proyecto de envergadura. Informa a tu equipo técnico de las nuevas características de Windows Server 2022, de modo que puedan aprovecharlas y gestionarlas correctamente (p.ej., conocer Windows Admin Center, entender Secured-core, etc.). Asimismo, comunica a los stakeholders de la empresa sobre posibles ventanas de mantenimiento o interrupciones necesarias para actualizar servidores, evitando sorpresas. La clave es que la organización entienda que esta actualización es necesaria para su beneficio (seguridad y fiabilidad) y que se programará de manera controlada.
Compra las licencias necesarias
No olvides la parte de licenciamiento. Para actualizar a Windows Server 2022 necesitarás contar con licencias válidas de la nueva versión para cada servidor (a menos que tengas Software Assurance u otro acuerdo que te cubra la actualización). En Licendi puedes obtener licencias oficiales a buen precio. Por ejemplo, si necesitas ampliar tu infraestructura o montar entornos paralelos, puedes comprar Windows Server 2019 Standard en Licendi de forma rápida y segura, o adquirir directamente licencias de Windows Server 2022. Tener las licencias al día garantiza cumplir con las condiciones de uso de Microsoft y recibir soporte adecuado durante la migración.
No dejes que Windows Server 2019 EOL te tome por sorpresa
Finalmente, la llamada a la acción es clara: no dejes que Windows Server 2019 EOL te tome por sorpresa. Como profesional de TI, demuestra liderazgo anticipándote a este cambio. Evalúa tu situación, elabora un plan de migración y ejecútalo paso a paso. Cada servidor actualizado es un riesgo menos para tu empresa y un paso hacia una infraestructura más robusta. Las mejoras en seguridad y rendimiento de Windows Server 2022 ofrecen un argumento tangible para presentar a la dirección de la empresa sobre el valor de la actualización.
En conclusión, el fin de la vida útil de Windows Server 2019 no tiene por qué ser un dolor de cabeza si se aborda con previsión. Actualiza, migra y transforma tu entorno TI para alinearlo con las tecnologías más recientes. Protege tu infraestructura y mantén la continuidad del negocio. ¡El momento de actuar es ahora! Cada día que pasa acerca más el 2029; con una planificación eficaz, tu empresa estará lista para entonces, funcionando sobre una plataforma de servidor moderna, segura y soportada.
¿Estás listo para dar el siguiente paso?
Evalúa tus necesidades, consulta con expertos si es necesario, y toma acción. Tu infraestructura y la seguridad de tus datos te lo agradecerán. Los profesionales de TI sabemos que el cambio es constante: abrazarlo de forma planificada es la mejor estrategia para el éxito a largo plazo.
Fuentes oficiales y referencias
Para más información, puedes consultar la documentación oficial de Microsoft sobre las fechas de ciclo de vida de Windows Server 2019, así como las guías de actualización disponibles en Microsoft Learn. También resulta útil revisar anuncios de Microsoft sobre mejoras en Windows Server 2022 y casos de estudio de migración para aprender de experiencias de otros profesionales. Recuerda que mantenerse informado con fuentes oficiales es clave para tomar decisiones fundamentadas en entornos de TI.